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Los Poderes de la Mente, Como Desarrollarlos

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deguonis
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Los Poderes de la Mente, Como Desarrollarlos

Mensaje por deguonis » Junio 6, 2012, 5:16 pm



Los Poderes de la Mente, Como Desarrollarlos

de Hereward Carrington

XXVI

LA AUTO-PROYECCION

Por auto-proyección entendemos la facultad o capacidad de enviar o hacer viajar a cierta distancia el yo etéreo, el doble, por el simple esfuerzo de la voluntad. Esta cualidad parece ser, hasta cierto punto, inherente a algunos individuos en los que se da espontáneamente y casi contra su voluntad. Entran en un trance y, al cabo de algún tiempo han abandonado su cuerpo y están viajando por lugares distantes. Sin embargo, se trata de algo muy raro, y en la mayoría de casos hay que desarrollar este poder mediante una práctica larga y constante.

De qué se compone el pensamiento-cuerpo

Antes de referirnos a esta proyección del yo, es necesario decir algo relativo a la naturaleza y composición del cuerpo etéreo, o doble, que se proyecta.

El cuerpo físico se compone de millones de minúsculas células, en cada una de las cuales hay un núcleo, o centro de energía. Este centro es tan infinitamente pequeño que no puede detectarlo ni el más potente de los microscopios. Lo único que sabemos es que la materia física de la célula se revitaliza, o vitaliza simplemente, cuando entra en contacto con tal centro vital.

La fuente de la energía, por consiguiente, es invisible y nosotros no podemos determinarla. Al parecer, procede de la nada.

Ese centro de energía constituye una especie de punto psíquico o célula propia; de ellas hay millones en el cuerpo humano, correspondientes al mismo numero de células físicas, resultando obvio que hay millones de células vitales que tienen exactamente, conjunto, la forma del cuerpo, puesto que se corresponden con las células físicas.

A tales centros psíquicos se les denomina <<psicomeras>>, y su volumen se calcula en una millonésima de la correspondiente al cuerpo físico. La densidad del cuerpo doble etéreo, por tanto, seria de una millonésima de la del cuerpo físico. El peso combinado de la psicomeras varia probablemente entre el de diez sellos de correos y una onza y media, lo que representa el peso del cuerpo etéreo o astral, que al ser tan pequeño tiene tendencia a flotar lentamente a través de la atmósfera física, como un globo lleno de hidrogeno. Este hecho coincide con lo que sabemos de la gravitación hacia arriba del cuerpo espiritual después de la muerte.

Los cuerpos más internos, más tenues

Es este cuerpo etéreo en el que habitamos cuando descartado la estructura física más densa. No es necesario suponer que nuestra conciencia esta más diseminada por todo ese cuerpo que por el que ahora tenemos. El centro de actividad espiritual y la fuerza de la voluntad y de la mente pueden ser un punto de fuerza de dentro de este doble etéreo, y nosotros podemos utilizarlo y animarlo tal como utilizamos y animamos el cuerpo físico en nuestra existencia.

Al cabo de cierto tiempo, es probable que también descartemos el cuerpo etéreo, para asumir otro de menor densidad, y que el proceso prosiga realizándolo varias veces, hasta que por ultimo el espíritu habite en una materia infinitamente tenue, si puede llamarse así, que sea prácticamente tan solo un cuerpo mental o espiritual. Tal es lo que han enseñado muchos espíritus en sus comunicaciones. Es este cuerpo, por tanto, el que se separa del cuerpo físico durante la vida y realiza viajes y excursiones, llevándose consigo la conciencia del individuo, y también el que vuelve a animar el cuerpo físico al cabo de cierto tiempo.

Posible peligros y como pueden superarse

Cuando tiene efecto tal separación, siempre queda un lazo de conexión, un cordón magnético, que une el cuerpo físico al etéreo. Si ese cordón se rompe, por cualquier causa, la reanimación es imposible y el cuerpo físico muere. De ahí el grave peligro que aguarda a quienes llevan a cabo semejantes experimentos; tal fenómeno, sin embargo, solo es posible en casos de trance muy profundo, cuando la separación es casi completa.

Es sumamente improbable que nadie, aparte de los estudiantes en fase muy avanzada, llegue a una completa separación, y cuando alcanzan, tienen que recurrir a ciertas prácticas internas, de carácter místico, que contrarrestan todo posible peligro.

Este es el cuerpo que ocasionalmente se fotografía, ya que las llamadas fotografías de espíritus son, en realidad, fotografías no de espíritus desencarnados, sino de encarnados; es decir, que se trata de dobles errantes de espíritus que aún poseen materia carnal.

Asimismo, muchas apariciones y figuras vistas en las casas encantadas son de tal naturaleza. Constituyen la proyección de personas vivas mas que de fallecidas, y el estudiante ha de saber distinguir esos dos tipos de figuras. También han aparecido en sesiones, en forma de materializaciones.

Formas mentales: cómo se congregan

Aparte de los cuerpos etéreos o dobles, hay muchos cuerpos mentales o de pensamientos, creados exclusivamente por la mente y la voluntad del sujeto. Así, un clarividente fue enviado a la casa de un amigo, y se le pidió que describiese a la persona que había visto allí. El clarividente hizo la descripción con amplitud de detalles: el pelo, los ojos, los rasgos faciales? Cuando el psíquico se recuperó y recobró plenamente la conciencia, le dijeron que la descripción estaba totalmente equivocada, pues en dicha casa no existía tal persona descrita. Para demostrarlo, se dirigieron enseguida a la casa del sujeto. Una vez el dueño de la casa estuvo al corriente de lo acontecido, afirmó que la descripción dada por el médium correspondía exactamente, hasta en el más mínimo detalle, al protagonista de una novela que estaba escribiendo. Es decir, los pensamientos del autor habían creado tan vividamente la figura que vivía como una entidad objetiva, por lo que el clarividente logró verla.

Por esto vemos que <<los pensamientos son realidades>>. Toman una forma y, hasta cierto punto, viven en el mundo físico. Todos nuestros pensamientos tienen una forma bien definida, así como un color, y a medida que el estudiante psíquico avanza en su desarrollo le resulta más fácil ver tales objetos, productos del pensamiento.

Como se proyecta el yo

Siendo esto así, tiene una relación muy significativa con los casos que ocurren y han ocurrido en el pasado. Por ejemplo, es sobradamente conocida la historia del Doctor Jekyll y mister Hyde, la novela que escribió Robert Louis Stevenson, y que constituye un caso muy importante para todos los estudiantes psíquicos. Como sabemos, el individuo protagonista termina por disgregarse en dos. El doctor Jekyll desarrolla otro yo, al que llama mister Hyde. El doctor Jekyll era amable, simpático, caritativo; Hyde es malvado, malicioso y repulsivo. Los dos yoes se desarrollan en la persona primitiva, y a medida que transcurren los meses la separación es cada vez mayor entre ambos. Finalmente, Hyde consigue la supremacía y el doctor Jekyll desaparece para siempre. En este caso no asistimos a un simple cambio de personalidad, que deberíamos asentar sobre una base psicológica, sino que se trata de una transformación física. Aparentemente había dos cuerpos separados, que se transformaron el uno en el otro.

Supongamos que el yo bueno, ósea el doctor Jekyll, y el malo, mister Hyde, existiendo como seres mentales separados, poseyeran cada uno el poder de la autoproyección. Ambos crearían, mediante sus pensamientos, un cuerpo propio, el cual tendría el aspecto externo de los pensamientos creados. Esta clase de casos existe, y pueden explicarse por medio de principios científicos.

En consecuencia, hemos de tener mucho cuidado con el carácter del pensamiento-yo que construimos, ya que si se parece exteriormente a su estructura interna, podríamos, muchos de nosotros, convertirnos en monstruosidades y no en seres humanos, en alguna fase del desarrollo, cuando se alcanza el plano donde predominan los pensamientos y forman la expresión del yo. (Esta idea ha sido retratada gráficamente en el libro Etidorhpa, de John Uri Lloyd.)

Instrucciones prácticas para la autoprotección

El cuerpo etéreo, interno, que es expulsado a cierta distancia por el poder de la voluntad, en los casos de autoprotección puede ser desprendido y proyectado por el estudiante, tras un período de prácticas. Sin embargo, ello deberá ensayarse con gran cautela, aunque procediendo más o menos como se detalla a continuación.

El sujeto se colocará en una actitud perfectamente reposada, en un diván o en un sillón. Cerrará los ojos y respirará profundamente unos minutos, manteniendo la mente en un punto central de concentración.

Hay que recorrer el cuerpo con el pensamiento, y en cada punto o zona, desear que el cuerpo etéreo se desprenda o suelte de su conexión con el cuerpo físico. Cuando el sujeto empiece a conseguir el control del proceso, podrá oír, o mejor sentir, el proceso de separación, como un <<clic>>, y experimentar interiormente como la interrupción de una corriente eléctrica. Una vez conseguido esto en una zona dada, hay que pasar a otra. No hay que tratar muchas en una sola ocasión, y siempre hay que estar seguro de poder restaurar, por el esfuerzo de la voluntad, la condición primitiva, antes de dar por terminado el experimento.

Otras direcciones y más consejos

Una vez recorrido así todo el cuerpo, y haber logrado desconectado casi por completo, hay que invocar un lugar distante, como el cuarto de un amigo, y, poniendo toda la fuerza del ser un solo y determinado esfuerzo de la voluntad, obligar mentalmente al cuerpo etéreo a que abandone el cuerpo físico y se traslade a la localidad deseada.

Si el sujeto siente que pierde la conciencia, o que todo se vuelve negro alrededor, hay que suspender el experimento al instante y regresar al cuerpo físico. Si puede mantener activa la conciencia, el sujeto podrá viajar, sabiendo con toda certeza que su regreso está asegurado y que podrá volver a su estructura física.

Ello, claro está, requiere tiempo y persistencia en el desarrollo, no pudiendo conseguirse en unos cuantos días. Además, es aconsejable que no intente el proceso hasta haber progresado mucho en el estudio, y haber leído los consejos que se dan en el último capítulo.

Sin embargo, si decide ensayarlo, tendrá que actuar según las directrices que acabamos de dar, avanzando con suma cautela y sin permitir la pérdida de la conciencia en ninguna fase del procedimiento.

Una vez adquirido este poder, se hallará en posesión de un conocimiento maravilloso, de un medio de adquirir información y conocimientos espirituales que otros, sin estar tan desarrollados psíquicamente, son incapaces de lograr.
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